Qué es la agricultura intensiva y cómo practicarla
Dentro del amplio sector de la agricultura existen diferentes sistemas de producción. Son modelos distintos de explotar las propiedades del campo para conseguir una mayor recompensa. Una de estas formas de cultivo del campo se le conoce como agricultura intensiva. Te contamos qué es la agricultura intensiva y cuáles son sus puntos fuertes.
Pero, ¿qué es la agricultura intensiva? Podemos definirla como un método de producción agrícola cuyo objetivo es sacar el máximo rendimiento de una parcela determinada en el menor tiempo posible poniendo todo el instrumental a trabajar para ello. Se trata de utilizar todos los recursos disponibles para hacer un uso intensivo de los medios de producción. Además, es común confundirla con la agricultura extensiva, por lo que hay que recordar que no es lo mismo.
Cuáles son las características de la agricultura intensiva
La agricultura intensiva es un tipo de agricultura en el que se emplean altos niveles de tecnología y recursos para obtener la máxima producción posible en una determinada área de terreno. Esto se consigue mediante la utilización de fertilizantes químicos, pesticidas y otros productos químicos para aumentar la productividad de los cultivos y reducir la incidencia de plagas y enfermedades.
También se utiliza una variedad de técnicas de riego y drenaje para controlar el suministro de agua y evitar la pérdida de nutrientes por la evaporación. Además, se suele utilizar una rotación de cultivos para aprovechar al máximo el suelo y evitar la degradación del mismo.
Las características de la agricultura intensiva son varias. Entre ellas, se pueden encontrar la alta producción, la eficiencia en el uso de los recursos y el bajo costo de producción. Por otro lado, también hay que destacar puede tener impactos negativos en el medio ambiente y la salud humana debido al uso de productos químicos y la intensificación del monocultivo.
Cuál es la finalidad de la agricultura intensiva
Lo que se pretende con este sistema de agricultura es obtener la mayor cantidad de productos por unidad de superficie cultivada. Por ello conviene realizar un gasto de mayor nivel para centrarse en el aprovechamiento y éxito de esta técnica. Es por eso que se necesita de un control mucho más exigente y vigilado y de una dedicación prácticamente exclusiva para llevarla a cabo.
Esta actividad agraria intensiva se ha usado a lo largo de muchos años, y se sigue realizando. Un ejemplo claro son los invernaderos. Es una alternativa que se ha ido reutilizando dada la gran demanda actual de alimentos que existe a nivel mundial.
Cómo llevar a cabo la agricultura intensiva
Para llevar a cabo este tipo de agricultura intensiva se necesitan una inversión interesante a tener en cuenta. Pese a que son espacios más reducidos que un cultivo a gran escala, la intensidad con la se explotan estos terrenos de menor alcance requiere de un trabajo e inversión para conseguir una recogida exitosa.
Qué efectos negativos tiene la agricultura intensiva
Los efectos negativos de la agricultura intensiva pueden tener impacto sobre el medio ambiente y la salud humana. Algunas de las consecuencias negativas de la agricultura intensiva son las siguientes:
- Erosión del suelo: el uso excesivo de maquinaria y el monocultivo pueden llevar a la erosión del suelo, lo que puede afectar la calidad del suelo y reducir su capacidad de soportar cultivos.
- Pérdida de biodiversidad: la agricultura intensiva suele implicar el uso de monocultivos, lo que reduce la biodiversidad en el campo. Esto puede tener efectos a largo plazo en el equilibrio ecológico y en la salud de los ecosistemas.
- Contaminación del agua: el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas puede contaminar ríos y acuíferos, lo que puede tener efectos perjudiciales en la salud y en la vida acuática.
- Efectos en la salud: el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes puede tener efectos negativos directos en la salud. Además, la falta de variedad en la dieta puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes.
- Cambio climático: la agricultura intensiva puede contribuir al cambio climático a través de la emisión de gases de efecto invernadero durante el proceso de producción y transporte de alimentos.
El uso intensivo de la tierra, normalmente en dos períodos de cultivo que van de primavera a verano y de otoño a invierno requiere del uso de todo el potencial en maquinaria, sembradoras de calidad, regadíos e incluso de fertilizantes y químicos. Además, para conseguir buenos resultados es necesario que la tierra sea productiva, que se cultive un único tipo de producto, que el suelo sea rico en nutrientes, que se usen fitosanitarios y que haya el sistema de regadío y de luz necesario. Es un sistema aún vigente y que se desarrolla hoy en día.
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